domingo, 15 de mayo de 2011

Jean Pierre Rosales Cano 2ºB Tamara González Ramírez 2ºA




Las remesas de los recuerdos



Hemos querido centrar nuestra entrevista en un aspecto que ha ayudado al crecimiento de la economía en la época del franquismo, como han sido las remesas aportadas por las familias emigrantes españolas. La gran mayoría de las emigraciones se dirigían a países centro-europeos o latinoamericanos. En nuestras respectivas familias ha habido casos de emigración a Alemania y Venezuela, por lo tanto, utilizaremos las vivencias de nuestros familiares para formular este trabajo.


Intentaremos que la información sea lo más verídica posible según las experiencias de nuestros entrevistados, además de contrastar la información aportada para obtener un conocimiento más completo.



Entrevista a Marisol Ramírez Franco, 50 años



“Yo tenía 12 años cuando mi padre emigró a la República Federal Alemana (1970), y dos años más tarde le seguimos mi madre, mi hermana menor y yo. He vivido hasta 1989 en Alemania, prácticamente mi juventud, por lo tanto lo que he vivido del franquismo es bien poco, y a la edad de 12 años, mis recuerdos no son muy objetivos”.



Entrevistador: Nos gustaría saber Marisol, ¿por qué emigraron tú y tu familia a Alemania?



Marisol: Muy sencillo, en 1970 mi padre en algún momento se quedó sin trabajo. Siempre intentó que a nosotros no nos faltara de nada, y cogía cualquier trabajo que se le ofertara, así fuese el más duro del mundo. Sin embargo, todos eran temporales y no nos daba la seguridad que necesitábamos. En resumen, nos enfrentábamos a una serie de gastos que no podíamos cubrir, por lo menos aquí en España, y hubo que buscar fuera. Por aquella época, Alemania buscaba mano de obra y tanto mi padre como uno de mis tíos se presentaron creo que o en la Embajada o en algún organismo oficial. Se dieron de alta y los contrataron. Los sueldos eran bastante buenos, la verdad y mi padre tenía un trabajo fijo.


Como vimos que allí las posibilidades de trabajo eran más amplias, y más seguras que en España, no tardamos mucho en irnos con él.



Entrevistador: Es curioso porque los 70 es la época dorada del franquismo, en la que la economía despierta. Curioso el tener que haber emigrado precisamente por la economía, que se suponía estaba en auge.



Marisol: Probablemente se pudiera creer que era mi padre el que no tenía trabajo fijo en España y se fuera porque le fuera más fácil allí, pero lo cierto es que Alemania estaba buscando mucha mano de obra en España, y quizás en algún otro país europeo. Mi padre desde luego, no fue el único que salió de España, salió mucha más gente. Mis suegros por ejemplo, ya en el 1962-65 se fueron para allá. Es decir, que no estamos hablando de unas poquitas personas las que se fueron. Mi padre desde luego, era muy patriota y si hubiera visto la posibilidad de quedarse en España con un trabajo fijo, se hubiera quedado, y sin embargo se fue. Pero él, por otro lado, era patriota, pero por la nación, no por Franco.



Entrevistador: Cuando llegaste a Alemania, ¿qué visión crees que tenían los alemanes de España?, es decir, ¿se solía hablar de Franco o España?



Marisol: Pues muy poquita cosa. Lo importante o lo único que puedo aportar como detalle es que en realidad yo he vivido en una sociedad con mucha libertad, en democracia y tengo vagos recuerdos de lo que decían mis padres, de lo que hablaban entre ellos o contaban a sus amigos. Yo recuerdo la libertad de expresión en general, la democracia era lo más, mejor casi no se podía vivir. Pero también es verdad que todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y en este caso, mis padres por ejemplo, aunque también criticaban el régimen franquista, de vez en cuando decían todo no es tan malo; y esto entra dentro de mis recuerdos personales: cuando a mi hermana y a mi nos llevaban al cine en España, solíamos salir tarde porque mis padres trabajan y no nos podían llevar antes. Las calles estaban vacías pero sin embargo, no teníamos miedo a ser asaltados o robados.



Entrevistador: ¿Quieres decir que con el régimen de Franco había más miedo a la represión y las represalias?



Marisol: Exactamente, porque los ladrones sabían que en el momento en que los cogieran, iban a recibir un castigo de lo más inhumano. Por lo tanto, está claro que se cortaban más. Pasaban menos cosas, o al menos no nos enterábamos. En general la gente estaba más segura.



Entrevistador: Sabemos que Franco tenía afinidad con Hitler, también dictador alemán, ¿recuerdas si cuando estabas en Alemania había racismo, xenofobia o algo por el estilo?



Marisol: En España no tengo recuerdos de esa clase. Por supuesto en Alemania sí, he tenido experiencias negativas en cuanto a ser inmigrante. Me explico, hay que tener en cuenta que yo he crecido en Alemania, por lo tanto estaba integrada en el grupo, pero sabía alemán y por tanto me defendía muy bien (Suelta una pequeña carcajada). Hubo muchos momentos en los que yo me veía obligada a pararles diciendo -¡oye!, que yo también soy extranjera-, esos momentos en los que hablaban mal de los extranjeros.


Con los años me he dado cuenta de que en aquella época ocurría lo mismo que está pasando aquí con los inmigrantes. La situación que vivimos ahora, o cosas que nosotros los españoles hablamos, las he vivido en Alemania como extranjera. Es decir, se oían las mismas frases entonces de los extranjeros que se están oyendo ahora aquí de los inmigrantes.


En cuanto al franquismo, viví muy poquito, y en Alemania se oía bien poco, sólo las noticias más importantes. Como por ejemplo la muerte de Franco en 1975, que aunque nadie dijera nada, se sentía una “liberación”, entre los españoles con quienes teníamos contacto nosotros desde Alemania.



Entrevistador: ¿Podría ser que en Alemania no hubiera muchas noticias españolas porque Franco se encuentra relacionado con Hitler?



Marisol: A los alemanes no les gusta hablar del holocausto, ni de los nazis, ni de Hitler, no les gusta. Quizás porque se avergüenzan de alguna forma, no lo sé.



Entrevistador: Y una pregunta, como curiosidad. Hemos oído que en las instituciones educativas alemanas está prohibido el estudio de la historia alemana nazi, ¿esto es cierto?



Marisol: Yo no creo que esté prohibido, simplemente no les gusta hablar de ello, o muy poco. Sin embargo sí recuerdo que estando en el colegio, nos llevaron a un museo “macabro” en el que habían enterrados cuerpos de judíos. Con lo que, puede ser un tema tabú, pero no está prohibida su enseñaza, al fin y al cabo es su pasado.



Entrevistador: Una vez muerto Franco, cuando llega la Transición, ¿qué recuerdas de España en ese momento?



Marisol: Bueno entonces yo todavía seguía en Alemania. Una de las noticias que recuerdo bien, fue la del golpe de estado. Yo por aquel entonces ya tenía 21 años, novio, en vísperas de boda… quizás porque fue en esa época lo recuerdo mejor. Recuerdo estar en la casa en la que vivía con mis padres y pendientes del único programa de noticias españolas que daban en la radio alemana. Aquello era, evidentemente bastante grave, y lo cierto es que entonces, yo no sabía lo que era un golpe de estado, tuve que preguntar a mis padres. Además temíamos que volviera a haber una guerra… Eran las primeras noticias graves que llegaban desde España



Entrevistador: Después del golpe de estado, es bien sabido que el Rey pronunció unas palabras de desacuerdo contra los militares que se pronunciaron en el golpe de estado, ¿ustedes recuerdan haber escuchado algo de este discurso en la radio?, ¿cómo se vivió entre la población española residente en Alemania?



Marisol: Claro, esa era “la noticia”. Su discurso, ya sabemos todos que fue muy importante, gracias a él el tema no llegó a más. Juan Carlos fue un héroe en ese momento. Para españoles que vivían en Alemania por supuesto fue una mala noticia. Con las ganas que tenían de tener algún día una democracia, y que luego ocurra esto pocos años más tarde… La gente temía que volviéramos atrás. Pero al final todo salió bien gracias al “héroe” Juan Carlos I.



Entrevistador: Cuando murió Franco, ¿qué pensaste que pasaría en España?



Marisol: Personalmente, no sé lo que pensaron mis padres, pero yo sí recuerdo que fue una liberación, y en eso únicamente pensé en ese momento, - Ah, este ya se murió, menos mal, ahora volvemos a empezar y se hará algo nuevo seguro-. Era como tirar un traje nuevo y no comprar uno nuevo, sino empezar a buscar otro.



Entrevistador: ¿Tienes alguna imagen significativa de tu niñez en España?



Marisol: Sí, recuerdo la Guardia Civil, que patrullaba camino arriba, camino abajo. Imponían, ya que se contaban historias sobre ellos, por ejemplo, cogían a cualquiera y no tenían ni padre ni madre, como le tuvieran que dar le daban… Yo no sufrí ningún abuso, dicho sea de paso. Ya digo que lo bueno que tenía el franquismo era que los vándalos tenían miedo de la policía y no se oían tantos casos de asesinato o robo.



Entrevistador: Muchas gracias Marisol, agradezco las respuestas tan sinceras. Ha sido interesante conocer también el punto de vista de alguien que durante la Transición no vivía en España, y nos lo cuenta desde otro pude vista.



Entrevista a Juan Pedro Rosales Saavedra, 62 años



Entrevistador: ¿Qué recuerdas de tu infancia Juan Pedro?



Juan Pedro: Nací en la Barriada de la Victoria, en casa de mi abuela, en frente de la refinería, nací con una partera. Fui el nieto mayor por ambas partes y viví hasta los cuatro años en la barriada la Victoria. De ahí nos mudamos para Vitavana, la Vuelta de los Pájaros, en el Barrio del Perú. La mudanza fue en una carreta de un buey, que nos llevó la mudanza de la casa, y yo caminado con cuatro años al lado de mi padre, fui muy orgulloso caminando al lado de él.


Estudie la primaria en la escuela de la Cuesta hasta tercer grado, después el cuarto lo hice en la Vuelta de los Pájaros. Y también iba chiquito con 6 o 7 años caminando o en guagua a la iglesia de la Barriada de la Victoria, para que me dieran leche en polvo y queso. Mi abuela me daba 1 peseta para ir y otra para venir en la guagua cuando estaba lloviendo o no podía con las cosas. Iba al cine los domingos con algún amigo, tendría yo 9 o10 años, conocía todos los cines de Santa Cruz: el Tenerife, el Price, el Baudet, el Víctor, el Re, el Especial Suprema. También iba a jugar a veces al campo Don Pelayo, que estaba ahí al lado de la refinería. Nos metíamos en las plataneras a robar plátanos para comer, gracias a dios no me hacía falta pero los niños los hacíamos porque éramos eso, niños al fin. En Vitavana jugábamos en la carreterita como le decíamos nosotros. Me acuerdo que la comunión la hice a los nueve años; me pusieron la ropita, la americana, la pajarita, el escapulario y me mandaron solo para la iglesia, no fue nadie para la iglesia y cuando ya la hice pase por la familia haber que me daban, la hice abajo, en la Cruz del Señor.


Y los juegos que teníamos era trompo, boliches y la pelota la hacíamos con calcetines y periódico, y me regalaron uno en reyes que duro ese día, porque cayó en una enredadera y ese día duró. Los conflictos de los chiquillos entre pueblos eran tremendos, nos caíamos a pedradas entre unos y otros, incluso con espadillas y todo, esto es como en los años 55, 56. Los colorines que más me gustaban eran: el Capitán Trueno, el Guerrero del Antifaz, Lobato y de los chiquitines me gustaba Zipi-Zape.


La primera vez que oí un toca discos escuché a Pedro Infante y Jorge Negrete y cuando lo hoy pensé que era que estaban en la casa, que eran los cantante en persona que estaban cantando en casa de mi abuela, de lo bien que se oía. Me acuerdo cuando iba para colegio que una vez se riscó el tranvía de la Cuesta de aquella época, y cogí algunas perras botadas, porque el tranvía estaba por el suelo, volcado.



Entrevistador: ¿Únicamente te movías por Santa Cruz o también ibas a otro municipio?



Juan Pedro: Del sur solo conocía Candelaria, íbamos tipo excursión toda la familia; tíos, abuelos, primos, íbamos con varios coches a Candelaria, no sé si llegamos a ir tres veces, y una de esas veces creo que me confirmaron allí. Al monte también fuimos, el día del taxista, el de San Cristóbal creo que era, que sacaban a los viejitos de paseo y mi padre nos llevaba a mi hermano Fernando y a mí adelante, para ayudarlo con las viejitas a conocer los montes, me acuerdo que fuimos al de las Mercedes.



Entrevistador: Por casualidad, ¿recuerdas algo de política, algo de Franco y su régimen?



Juan Pedro: De muchacho no se sabía nada de política, le teníamos miedo a la policía y la ignorancia era muy grande en aquella época. Le tenía uno mucho miedo a la guardia civil, si por ejemplo estábamos jugando a futbol y de repente oíamos la pareja de guardia civiles tres calles más abajo, nos íbamos todos corriendo para la casa.



Entrevistador: ¿Por qué tu familia decidió emigrar hacia Venezuela?



Juan Pedro: A mi padre, los hermanos lo animaron a irse. Porque cuando eso ya éramos tres hermanos y mi madre estaba embarazada, entonces mi padre trabajaba en un taxi de jornalero y se fue él solo primero, y al año nos reclamó a nosotros. Al principio no nos quedaba otro remedio y con tal de estar con mi padre fuimos. Aunque me acuerdo que también hubo un momento en el que no quería ir y decía que me quedaba con mi abuela. Porque nos habían dicho que íbamos a vivir en un rancho de madera.



Entrevistador: ¿Cómo fue el viaje?



Juan Pedro: Fuimos en el barco “Marqués de Comillas”, tardamos 12 días en ir y primero pasamos por Puerto Rico y después fue que llegamos a Venezuela. De aquí salí de la dictadura y allá llegué empezando la democracia de Rómulo de Betancur. Cuando llegamos desembarcamos en el puerto de la Guaira de noche, pensábamos que estábamos llegando a un Belén, porque las montañas estaban iluminadas y se veían las casitas, pero cuando se hizo de día, vimos que eran puras casas de madera mal hechas.



Entrevistador: ¿Cómo fue tu vida una vez la llegada a Venezuela?



Juan Pedro: En la noche pensaba que había cohetes y lo que eran tiros entre policías y ladrones, y mi padre me decía échate al suelo, échate al suelo. Y de ahí no tuve ya más infancia porque lo que tuve que hacer fue cuidar de mis hermanos y ni jugaba. De caracas nos fuimos a los ocho meses o al año, a un pueblo del interior y ahí con 12 años empecé en la escuela en tercer grado otra vez, porque no sabía historia de Venezuela. Lo hice de día, en la mañana hasta el cuarto grado, el quinto y el sexto lo hice otra vez en Caracas porque papa empezó a trabajar en un taxi y ya yo con 14 años empecé a trabajar en una tienda. Estudiaba de noche mientras trabajaba, después estudie bachillerato comercial dos o tres años, pero después la compañía para la que trabajaba, me dijo que estudiaba o trabajaba. Y después hice algunos cursos de contabilidad y eso fue lo que más o menos me salvó en los estudios, porque yo lo que quería era estudiar mecánica, pero mi padre no me dejaba.



Entrevistador: ¿Seguías manteniendo alguna relación con Canarias ya en Venezuela, o algún tipo de vínculo?



Juan Pedro: Pues yo siempre estuve relacionado y metido con la colonia canaria. Los clubes canarios que había en Caracas y en los que estuve fueron: Casa Canaria, Unión deportiva canaria (que era de gente de Las Palmas), Asociación canaria, Club Gomera, Archipiélago Canario, Hogar Canario Venezolano y hasta en la Hermandad gallega. También me relacioné mucho con la colonia herreña. Teníamos un equipo de futbol en la Unión deportiva canaria, como en la época de finales de los sesenta-setenta. Practiqué lucha canaria con 19-20 años, también estuve bailando en una agrupación folclórica del Club Archipiélago Canario, que fue donde conocí a mi mujer, reunimos con esta parranda a muchos músicos y tocadores.


En el 74 me casé y en el 75 cuando murió Franco, estaba recién casado cuando lo vimos por televisión. Todo el mundo estaba como que lo celebraban y no a la vez, el suceso fue muy nombrado allá. Ya que sabíamos que iba a empezar la democracia y todo el mundo vio por la tele el acto de la sucesión. En el 79 viene de vacaciones a Canarias ya casado, y conocí el aeropuerto de sur recién estrenado y me gustó bastante. Al llegar al aeropuerto viene con el pasaporte venezolano, porque me saqué la nacionalidad allí, pero no hubo problemas cuando llegue, más bien me trataban muy bien como venezolano, porque todo el mundo sabía que de Venezuela venía el dinero, aunque ya no fuera para tanto en esa época. Mi mujer como nunca se sacó la nacionalidad venezolana no tuvo problemas.


Después ya en Canarias conocí el Hierro, Las Palmas, el Teide, el sur, sitios en los que nunca había estado ni ido. También estuve por aquí por Las Galletas y nos quedamos en un apartamento en Costa del Silencio, cuando empezó el auge de Ten-Bel.


Cuando fuimos a Barcelona, dentro de ese mismo viaje, me compre una cámara en Santa cruz y en el aeropuerto de Barcelona querían dejarla, porque estábamos vestidos de amarillo y azul mi mujer y yo, sin darnos cuenta, y pensaban que iba a ser negocios y que éramos nacionalistas canarios.



Entrevistador: ¿Seguías la política española desde Venezuela?



Juan Pedro: El golpe de Estado me acuerdo que se escuchó y estuvimos bastante preocupados por si volvía la dictadura otra vez .Pero después nos dimos cuenta de que no fue así. Me acuerdo que los Reyes de España, que en sus viajes fueron varias veces a vernos a los canarios que estábamos en Venezuela, visitando los clubes.


Nosotros conocíamos a todos los políticos de España y lo que iban haciendo y diciendo. Me acuerdo cuando Adolfo Suarez legalizó a los comunistas. La política española la veíamos por arriba pero sabíamos todo. Me acuerdo de calvo Sotelo, Felipe González, a todos los seguí. Es que después hubo un momento en la política española la llevaba al día porque siempre quise venirme de nuevo a Canarias y me interesaba saber cómo estaba esto aquí. De Aznar pensé que no iba a ganar porque todos pensábamos que iban a ganar los socialistas otra vez, y como estábamos en Venezuela que era socialista, pues nuestro pensamiento era de una manera influenciado por el socialismo.



Entrevistador: Muchas gracias Juan Pedro, por contarnos tu experiencia como canario emigrante a Venezuela.


Es interesante ver que el espíritu de un emigrante es igual en todos, aunque el lugar al que se va no sea el mismo. Es llamativo que los españoles que se van al extranjero siguen la política española pero ya desde un segundo plano. También nos hemos dado cuenta, que según el testimonio de estas dos personas, durante el régimen franquista existió una seguridad muy buena entre los ciudadanos, aunque siempre desde el miedo y el temor hacia las personas.

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